Los aceites esenciales son, como su propio nombre indica, la esencia de las plantas que lo produce. Provienen de plantas aromáticas y de los frutos. Contiene moléculas aromáticas que son las que dan el olor pero también otras que forman sustancias químicas con diversas propiedades. Estas son las mismas que ayudan a las plantas a protegerse de hongos y plagas, e incluso les ayudan a regenerar más rápido el tallo y hojas dañados.
En ocasiones necesitamos o queremos mezclarlos. Aquí entran las dudas porque ¿cómo hacerlo? Muchos consideran que es una acción creativa y todo un arte hacer estas mezclas. Lo importante es comenzar con aquellos que nos gustan por separado y probar en pequeñas cantidades para ver si el resultado es el que queríamos.
Índice
¿Qué necesitarás?
Para realizar las mezclas tienes que tener el material necesario para hacerlo.
- Frasco o botella pequeña de cristal y con tapa.
- Cuentagotas.
- Guantes para proteger las manos mientras haces las mezclas.
- Tiras de prueba, o discos de algodón (más sencillos de conseguir) para ver cómo van quedando las pruebas. Y también para ver cuánto perduran.
- Papel y bolígrafo para apuntar todo lo que vayas haciendo.
- Etiquetas ( ni te imaginas la de magníficas fórmulas que se han hecho y por no etiquetarlas en su momento no saber cual es su compsición)
- Todos los aceites esenciales que quieras utilizar en tus mezclas.
Deberás categorizar los aceites que tengas por grupos parecidos. Es decir, o por los efectos que estás buscando en la mezcla, por el tipo de olor o incluso por las notas, es decir a la velocidad que se evapora cada uno.
Tipología de fragancias
Existen muchas pero se pueden clasificar por sus características comunes, por el tipo de olores que tienen. De hecho de esta manera vemos las propiedades parecidas que tienen. Normalmente las fragancias de la misma tipología combinan bien entre ellas. Se pueden ordenar de la siguiente forma:
Florales: mantienen el olor suave y parecido de las flores de las que provienen. La gran mayoría tienen notas medias. En esta clasificación podemos encontrar los aceites de lavanda, jazmín, palmarosa, geranio, ylang y ylang y la rosa.
Cítricos: aquellos que cuentan con un olor ácido y a frutas frescas. Son fáciles de identificar por tanto. Suelen ser de notas altas. Entre ellos están el limón, citronela, bergamota, pomelo, naranja o mandarina entre otros.
Herbales: son los que evocan la hierba del campo o un jardín lleno de plantas silvestres en primavera. La mayoría de ellos son de notas medias. Incluyen aceites de tomillo, romero, árbol de te,, eucalipto, manzanilla,o menta.
Amaderados: con aromas leñosos, dulces. Son aromas ricos en olor y a menudo son de notas medias a bajas. Aquí encontramos la mirra,pachuli, ciprés, sándalo, enebro o el cedro.
Picantes: tienen un aroma cálido y en ocasiones balsámico. De notas medias a básicas. Entre los picantes está la canela, el comino, clavo, nuez moscada, jengibre y pimienta.
Cómo identificar notas y aromas
Los aceites esenciales son muy volátiles pero sus aromas dependiendo del aceite esencial, se evaporan, unos más rapidamente que otros. A principios del siglo XX, unos perfumistas franceses crearon unas tablas basadas en el índice de volatilidad de los diferentes aromas que componen un perfume, tomando como referencia, el pentagrama musical: nota alta, media y baja.
Su estructura se representa en un triángulo donde existen tres grupos, los cuales se aplican también a los aceites esenciales naturales:
1. Notas altas
Muy volátiles, de rápida evaporación y que percibimos en el primer momento.
Son los olores cítricos y mentolados.
2. Notas medias
Forman el corazón del perfume y significan más de la mitad del total de la mezcla. Son los olores florales, herbales y las especias.
3. Notas bajas
Son las que dan persistencia al perfume por ser las más profundas y fuertes aportando durabilidad a la mezcla. Corresponden a las maderas y resinas.
Cómo combinar aceites esenciales paso a paso
Una vez que hemos aprendido a distinguir los aceites por su fragancia y notas aromáticas, llega el momento de combinarlos. Y aquí tenemos que tener en cuenta varias cosas. Elegir las fragancias que nos gusten, las notas que combinen y decidir el efecto que queremos que nos aporte nuestra creación aromaterapéutica.
Porque cada planta tiene unas cualidades distintas y nos aporta beneficios diferentes. Si quieres aprender más sobre este tema te recomendamos el Curso de aromaterapia de Mon, en el que aprenderás a utilizar todos los aceites esenciales, a distinguirlos y a saber para qué usarlos. Si sólo quieres empezar a investigar el libro “Guía práctica de Aromaterapia» te será de una gran ayuda en tus comienzos.
Vamos a ver cómo combinarlos para hacer nuestras propias mezclas:
- Prepara tus suministros, que ya mencionamos en la parte inicial del artículo.
- Agrupa los aceites esenciales que tienes. Puedes hacerlo por fragancia, por efecto deseado o por notas. Recuerda que en esta fase tienes que probarlos en las tiras o algodones y anotar lo que duran, su intensidad y lo que te evocan.
- Toca probar. La recomendación es seguir la regla del 30-50-20. Es decir, 30 gotas de notas altas, 50 de medias y 20 de notas base. O si no quieres gastar tanto en las pruebas, hazlo en porcentajes esta parte, o usa 6-10-4 gotas.
- Las primeras fragancias que se añaden son las notas base porque son las esenciales para que el olor perdure. Luego el aroma principal que quieres que tenga la combinación. Y por últimos las notas altas que son las que antes se evaporarán, pero las que antes podrás percibir.
- Esta combinación hay que diluirla en aceite portador o aceite vegetal, ya que no se puede aplicar directamente a la piel. Usa un 98% de aceite portador y un 2% de aceites esenciales. Nunca mezcles con agua.
- Si por el quieres hacer una colonia pon un 80% de alcohol de 70 grados, un 5% de aceites esenciales y por último añádele un 15% de agua destilada.
La mezcla equilibrada
Ya hemos realizado nuestras mezclas, probado y anotado todos los avances hechos. Es el momento de decidir cuál es la que vamos a utilizar para lo que necesitamos.
La mezcla equilibrada será aquella en la que la primera impresión sea fuerte, refrescante y quede en la memoria porque será la que antes desaparezca. La nota media será la que en realidad queramos que predomine, porque es la que más cantidad tiene de concentrado. Y al final, la nota básica es la que queremos que se note cuando el aceite ya casi ha desaparecido, esa que queda como rastro pero que no amargue.
Por ello las mezclas más equilibradas suelen ser las que tienen un olor refrescante de inicio, como los cítricos. Quedan las medias con una fragancia floral para acabar en las notas bases con amaderados como el pachulí por ejemplo.
Seguir la regla de 30-50-20 es una buena guía para empezar al inicio y tener una mezcla equilibrada.
Tu combinación ideal
Esta será aquella que logre el efecto deseado. Porque los aceites aromáticos los podemos usar para muchas cosas, como para descongestionarnos con inhaladores, o relajarnos con masajes aromáticos, por ejemplo.
En el caso de querer tener más energía, recomendamos la mezcla de varios de nuestros aceites concentrados. Como pueden ser el aceite esencial de limón como nota alta que predomine al inicio y que le de un olor refrescante. Y añadirle el aceite esencial de menta y el de romero para despertar todos nuestros sentidos y darle energía al cuerpo.
Al final tu combinación ideal será aquella que logre el efecto que has buscado. Y ten en cuenta que para conservarlos tienes que hacerlo en un lugar fresco, seco y que no reciba la luz directamente. Así prolongarás su duración.