Argán
Si has estado alguna vez en Marruecos seguro que en algún momento de tu viaje te habrán ofrecido Argán presentándolo como si fuese un tesoro. Realmente lo es. Su composición lo convierte en un gran regenerante de la piel. A pesar de tratarse de un aceite, el Argán no produce grasa ni crea granitos, no es comedogénico. Es de los pocos aceites naturales que se pueden utilizar incluso sobre las pieles grasas.
Existen dos tipos de aceite de Argán, el aceite natural, prensado en frío y el tipo “bereber” que se obtiene de las semillas tostadas. Esta variante es muy apreciada en la “nouvelle cusine” por su excelente sabor a nueces.
En MON utilizamos Argán ecológico prensado en frío y con certificación ecológica. Una garantia de pureza y calidad. Adquirimos el aceite de Argán directamente de cooperativas que lo producen en la biosfera protegida del Atlas, al sur de Marruecos.
El aceite de Argán biológico puro de primera presión es una verdadera joya para el cuidado de la cara, del pelo, de las uñas y del cuerpo. Avalan siglos de tradición la eficacia de este aceite. Es apreciado por su efecto anti-aging y por la gran cantidad de antioxidantes y poderes curativos. El gamma-tocoferol es un antioxidante mucho más eficaz que el alfa-tocoferol. Esto explica sus buenos resultados en la lucha contra la oxidación y los radicales libres, causa directa de la falta de elasticidad de la piel y la consiguiente aparición de arrugas, estrías…. Además el aceite de Argán favorece la restauración de la capa hidrolipídica y de las células cutáneas cuyo tenor en nutrientes incrementa considerablemente. Los beneficios son elasticidad, suavidad y luminosidad de la piel.